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Hoy las de Rodarte mezclaron mis telas favoritas y me transportaron a sentir las nubes, o mínimo a como creo que se sienten. Dicen que se inspiraron en millones de cosas que finalmente se unieron en el sonambulismo (?). Lo veo palpable -porque yo palpo lo que veo- en la mezcla de texturas y volúmenes, en el maquillaje, y en el coordinado de estampados que sólo tendrían sentido en nuestros sueños, pero que de alguna forma funcionan en la realidad. Aunque estoy harta del frío (una tropiqueña -hoy invencible con las palabras inventadas- puede solamente aguantar cierta cantidad), esta colección me hace sentir como si el invierno fuera la única estación necesaria. Scroll down to heaven.

El otro día platicando con unas amigas caí en cuenta que en realidad nunca he pensado a fondo en cómo sería mi boda. No jugué a eso de niña ni tengo el scrapbook, y aunque la imagino de tarde y al aire libre, no veo nada más. Un tiempo me imaginé en el McQueen crema deshilachado de la primavera 2003 pero pensándolo bien ¿quién no?, así que quiero creer que no cuenta. Sin embargo hoy después de ver estos vestidos, y quizá un poco por el confeti en el suelo, pensé en que sin chistar (ja! AMO) me casaría en cualquiera de ellos. Me escaparía por las praderas corriendo contra el viento a la luna de miel mientras mi vestido vuela al compás de 'Playground Love'. Las flores de mi pelo caerían lentamente, pero nada me importaría porque mis medias brocadas me protegerían de lo que fuera. Ok, Rodarte, ustedes ganan. Soy mujer, cursi, y desde ahora jugaré como en el principio de 'Bride Wars' a que me caso. Tal vez sólo sea síndrome post-14defebrero... esperemos.

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ENJOY!