La verdad es que ya sabíamos que es poquito el tiempo en el que me puedo quedar callada. Demasiadas ideas. Sí, los blogs, los Twitters y demás, ayudan a la descarga, mas sólo aquí la word-diarrhea se puede liberar. Por ejemplo, acabo de usar la palabra "diarrhea". Un amigo me clarificó la mente sobre este aspecto al comentar en un post de Facebook que hice acerca de lo enamorada que estoy de la colección de Otoño de Dries Van Noten, "Oye, y Tambourine?". Obvio estas no fueron sus palabras, y quizá lo hizo para evitar ese incómodo exceso de información que la gente suele compartir en esta red social (oigan, hay que levantarnos en armas para pararlo... puede que no crea en su dios, ni le vaya a su partido político, y lo más seguro es que no lea la publicación en que tratan de convencerme, ¿fastidiarme? Eso sí, seguro), pero su comentario entró en mi mente como un rayo de luz. ¡Los extrañaba mucho! Quizá eventualmente vuelva a caer en el stress de sentirlos abandonados, pero lucharé por evitarlo.
Así que re-empecemos. ¡Estoy emocionada! Se siente como la primera vez, pero más padre porque ya saben qué esperar y no me tengo que cohibir. LET'S DO THIS.
Yo, en una recreación muy acertada de lo que estoy haciendo ahorita. Por cierto, quiero andar con quien sea que inventó Cinemagram. Red social de .gifs? Mi mundo soñado.
ENJOY!
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